lunes, 17 de agosto de 2009

Inteligencia colectiva o medios fast food

PLANETA WEB 2.0 “Inteligencia colectiva o medios fast food”

Tim Bermers-Lee, es uno de los precursores del concepto de que la web, “Internet”, debía servir, no solo para buscar información, sino, también para poder crearla. Pero en sus inicios, la incorporación de Internet en los usuarios se dio a partir de utilizarla como fuente de información. Es decir, en una posición pasiva, en cuanto a limitarse sólo a la lectura del material, que era producido por otros. Pero el concepto de Bermers-Lee abarca también la importancia de la interactividad, no sólo como acto interactivo, sino como potencial, como consolidación de redes de gestión de conocimiento.


O’Reilly plantea que la web 2.0, tiene en su potencial, el facilitar la formación de redes de colaboración, a través de la participación de los individuos. La idea es que esta, entrega a través de innumerables instrumentos, el empowerment del conocimiento a través del intercambio. Es así como esta nueva red digital se convierte en una plataforma abierta para ser construida a través de la intervención del usuario.

En la Introducción de Planeta Web 2.0, escrita por Romaní y Kuklinski, se menciona la existencia de una serie de términos satélite que retroalimentan la evolución del esta nueva red digital. Ellos son Software social, arquitectura de la participación, contenidos generados por el usuario, Rich Internet Aplications, etiquetas, sindicación de contenido y redes sociales. Con los aspectos mencionados se actualizan, las ideas y potencialidades, que tenían los ideales de los fundadores de la web.

Toda esta variedad de posibilidades que nos ofrece la web 2.0, brindándonos una gran cantidad de herramientas, potenciando el contacto, el flujo de ideas, la cooperación, etc, hace que parezca naturalmente como democratizadora y de todo el mundo, cuando quizás, la realidad es, que es de algunos pocos y que contribuye a acentuar la brecha social, el analfabetismo digital y la indigencia informativa.

Alejandro Piscitelli expresa que “los nativos digitales así como exudan destrezas les falta conceptualización (…..)casi siempre fueron pensadas de arriba hacia abajo (..) quisieron anticiparlo y preverlo todo. Quien use las herramientas sin pensarlas están condenados a ser usados por ellas”

La nueva generación de aplicaciones cambia a una gran velocidad y no nace en forma espontánea, partiendo de la necesidad o de los mismos usuarios. Estas nacen digitadas con una prescripción e imposición de valores. Los usuarios, que no tienen habilidad o capacidad de apropiación y adaptación a las nuevas aplicaciones, quedan relegados a lo obsoleto.

La alfabetización digital va más allá de la posibilidad de acceder a un computador y a Internet, es necesario saber utilizar la computadora de una forma productiva. También es cierto que la alfabetización de mayor nivel, es la producción de contenidos utilizando las aplicaciones web 2.0. Entonces, un menor nivel cultural distancia esta posibilidad.

También es indispensable tener presente de la existencia de una llamada, frontera técnica, que ahonda la posibilidad de lograr una alfabetización digitalmente democrática, ya que el uso de la web 2.0 consume mayores recursos de conectividad, ancho de banda y memoria de procesamiento, haciendo esto casi imposible el acceso de a este tipo de equipos a la población de menores recursos económicos.

Entonces, derivado de ello la gente de menores recursos económicos y de educación tiene mayores posibilidades de acercarse a ser analfabetos digitales, o a profundizar la brecha existente. El Dr. Kietkik sostiene que “la topología de las redes y sus leyes de crecimiento la están volviendo enormemente asimétrica más allá de las declaraciones y entusiasmos infantojuveniles”.

Entonces, sí, es cierto que se tiene mayores posibilidades de acceso a la información, pero existe otra crítica al respecto que sostiene que más información con menor rigor y con poca alfabetización digital profunda, resulta más confusión. Sumado a esto, Soderqvist y Bard señalan que “las personas sólo actúan y evalúan la realidad, desde la percepción de lo que se recibe desde los grandes medios, y no de los pequeños emisores críticos, que contribuyen a ampliar esa visión”. Es por eso que se habla de una indigencia informativa.

“La clave en un entorno de sobreinformación es y será diferenciar la información del ruido de una manera sencilla” Romaní y Kulinski.

También existen otros, aspectos que están siendo cuestionados por algunos críticos, es el amateurismo que generan, la nueva red digital, al brindar herramientas que facilitan y posibilitan la incorporación de conceptos, creencias y contenido. Carr sostiene que “las comunidades no aportan calidad al nivel de contenidos, solo experiencias de producción no profesional poco fiable”. Pero Hugo Kuklinski opina que “lo mejor es buscar un término medio con menos fascinación y también menos alarmismo. Ni los editores son los protectores de nuestra cultura, no los contenidos de la Web 2.0 la revolución mediática que liberará a los ciudadanos de los intermediarios, construyendo mejores sociedades”.

Con todo lo expresado podemos legar a la concusión de que lo importante es que todo usuario aprenda a separar el discurso teórico de las potencialidades de estas nuevas aplicaciones y el discurso publicitario que tiende a exagerar sus posibilidades reales, y también tener la posibilidad de reconocer las nuevas herramientas en su contexto de creación. Por eso se debería generar desde todos los ámbitos y áreas que sean posibles, espacios de reflexión, como así también de debate para trascender informaciones y lecturas inocentes y exultantes, de la misma historia de las tecnologías y de cualquier innovación.

Es imprescindible tener a través de una información contextualizada, una mirada y valoración crítica sobre las nuevas generaciones de aplicaciones, para poder adquirir una visión general, para poder decidir con eficacia y actuar en forma inteligente, tanto para el público en general como para los docentes que aplican estos recursos en el aula.

A la Web 2.0 se le puede sacar utilidad en muchas situaciones, una de ellas es cuando se utiliza en pequeños grupos y más, quienes desean integrarlas a las prácticas educativas. Las grandes posibilidades de interacción, dan la oportunidad de poner en práctica estrategias de enseñanza y aprendizaje que permitan el diálogo y la construcción colectiva de significados. Pero siempre siendo conscientes en qué contexto general nos estamos moviendo.

Bibliografía:

Hugo Kuklinski, “Un esbozo de ideas críticas sobre la Web 2.0”, en Planeta Web 2.0. UVIC, FLACSO, Cap. 4.

Alejandro Piscitelli, Introducción “La inflación Lingüística llamada Web 2.0”, en Planeta Web 2.0. UVIC, FLACSO

Introducción y desarrollo de la clase BATA sesión 1 y 3. Diplomatura en Educación y Tecnología FLACSO.

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