martes, 23 de febrero de 2010

Tecnologías para el Trabajo Colaborativo

Sentidos compartidos socialmente.

La base de la convivencia humana es doble y, sin embargo, una sola: el deseo de todos los hombres de que los otros les confirman como lo que son o incluso como lo que pueden llegar a ser, y la capacidad innata de los hombres para confirmar de ese modo sus semejantes” Martín Buber.

“No podría inventarse un castigo más inhumano que, si ello fuera posible, el de dejar suelto en medio de la sociedad a un ser humano y que permanezca completamente ignorado por sus semejantes” James William.

Parafraseando a Buber y William, queda muy en evidencia esta dependencia del individuo con relación al sistema de referencia humano que lo confirma y lo conforma como bien lo menciona Paul Watzlawick en “El sinsentido del sentido o el sentido del sinsentido”.

Entre individuo y sistema, o entorno, entre adentro y fuera, existe una interdependencia que se debe tener en cuenta con el fin de encontrar sentido a los fenómenos. Los fenómenos exceden de esta relación y por consiguiente desbordan la esfera de lo personal. Entonces van más allá de nosotros mismos. Entonces nuestras percepciones ¿son realidades?, ¿el entorno influye en las mismas?, ¿nosotros influimos en el medio?,.

Existe primero una realidad que nos van a trasmitir nuestros órganos sensoriales, luego, existe una atribución de sentido, o sea le damos significado y valor esa percepción. Siempre se supone que lo que hemos captado es la realidad misma, pero, existen dos realidades, una de primer orden que sería la percepción de los órganos sensoriales y la realidad de segundo orden sería la atribución de sentido y valor. Este valor o sentido lo damos de acuerdo a nuestras experiencias, escalas de valores, vivencias, etc. de esta forma le vamos a dar significados a ese mundo. La realidad objetiva no existe, esto se ve reflejado en el pensamiento de Kant, “Todo nuestro error consiste en que consideramos que nuestro modo de determinar, de deducir o de inducir conceptos son condiciones de las cosas en sí”.

El contexto influye en nuestras apreciaciones, valores atribuciones de sentido. Cuando observamos, esta observación está influida y a su vez lo observado va a repercutir en el observador. La atribución de normal, naturalmente, tiene que ver con lo específico de una cultura, con los valores de la misma. Esto quiere decir el contexto sociocultaral en donde estamos inmersos.

El constructivismo radical es el estudio de los procesos mediante los cuales creamos nuestro propio mundo individual, familiar, social, político, científico e ideológico pero que nos lleva por nuestra ingenuidad a confundir con la realidad. Estas construcciones propias le dan o atribuyen sentido, a nuestra mirada, pero éstas están mediadas socialmente. El entorno y el contexto influyen. Esto significa que no terminamos en nuestra piel, ni en nuestra mente, somos relacionales estamos mediados, conectados y atravesados más de lo que pensamos o nos damos cuenta.

Bateson sostiene que lo mental no ocurre sólo dentro del cerebro, sino que es un proceso, es decir interacciones, relaciones entre los participantes de la comunicación, “La gente se influye mutuamente: un más allá del cuerpo que traspasa el perímetro biológico mediante extensiones de la mente, que en su alcance comunicativo, mediante los efectos de esas extensiones y de sus trazas informativas, se convierten en pun tales y vigas de cohesión psicológica y social, de interacción identidad y pertenencia a un contexto dado.

Cuando las comunidades pasaron de la oralidad a la escritura, se generaron grandes cambios, muchos investigadores del tema encontraron que las sociedades con conversaciones orales tendían a presentar características acumulativas más que analíticas y a ser más conservadores que innovadores.

En la actualidad existen diferentes medios y formas de comunicarnos. Estamos ya lejos de esas sociedades con la sola oralidad, estamos en un mundo con muchas vías y medios de comunicación, estamos tecnologizados. Nuestra forma de vida es tecnológica. Ahora bien, teniendo en cuenta los aspectos mencionados anteriormente, al ser relacionales, nos pensamos prolongándonos y mezclándonos por medio de las tecnologías y no solo utilizándolas. El conocimiento es aquél que está comunicado. Hay conocimiento cuando se logró comunicarlo al otro, no está en uno sino en el otro.

Uno de los valores de las redes sociales está dado por la posibilidad de comunicar, de compartir una visión personal, de trascender mediante extensiones de la mente a través de otros, de ir más allá de uno mismo, de influir en los otros y de construir una visión más amplia.



BIBLIOGRAFÍA:

Mario Kiektik, Modulo TTC, sesión 1 y 2, Flacso, 2009

Lash, Scott. Crítica de la información. Buenos Aires, Amorrortu, 2005. Caps. 2 y 14

Watzlawick, Paul. El sinsentido del sentido. Barcelona, Herder, 1995.

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